Exposición conjunta de Leandro Feal y Vladimir Romero organizada
por HABA GALLERY
LEANDRO FEAL
Es uno de los artistas más interesantes de la generación joven de los fotógrafos cubanos. Su trabajo mantiene la atmósfera reservada e íntima de la fotografía doméstica, de ahí la espontaneidad de sus fotos y la naturalidad de sus personajes frente a la cámara. La base antropológica del trabajo de Leandro tiene que ver con su tiempo en la Cátedra Arte de Conducta dirigida por Tania Bruguera y centrada en la mejora de las prácticas relacionales en el arte. Esta experiencia, junto con el escrutinio continuo de la vida cotidiana, ha cristalizado una obra única, muy cercana al espectador.
Cabe señalar que su interés principal en los últimos años se centra en la Cuba de hoy. Los grandes cambios sociales de la isla y las imágenes que los acompañan han dirigido su trabajo a una expresividad y un desenfreno muy particulares, en sintonía con la nueva dinámica contextual.
Su trabajo está en The Museum of Modern Art (MoMA – US), Cisneros Fontanal Art Foundation (CIFO – US), The Modern Form Collection (United Kingdom) y The Coppel Foundation (México). Ha presentado su trabajo en Parasol Unit en Londres y Japan Foundation en Tokio. Participó en eventos internacionales como: XXXI Pontevedra Biennale y participó en Kochi Muziris Bienna- le 2018.
Ha sido residente en Azkuna Zentroa de Bilbao con el programa Artista X Artista realizado junto al estudio de Carlos Garaicoa de La Habana.
Con la cámara en el bolsillo.
“Te vuelven las imágenes, te vuelven las imágenes y no las hiciste” esta frase la expresó el fotógrafo Vladimir Romero en una conversación reciente cuando me comentaba sobre su obra. En ella está resumida su pasión por la fotografía, una pasión que ayuda a comprender su manera, a veces delirante de crear.
Él ha elegido la cámara analógica y el género documental como las vías tecnológicas y estéticas a través de las cuales desarrolla una labor fotográfica, que dentro del conjunto de jóvenes fotógrafos cubanos, se destaca por absorber un presente que habla de él mismo más allá de lo representado.
Vladimir se mueve por los espacios públicos buscando el soplo particular que habla de lo que somos y de cómo somos, aprovechando su hábil capacidad para detener en una imagen el emerger de la diaria subsistencia.
Ese procedimiento de mostrarnos los sucesos en momentos que sus protagonistas no se percatan que están siendo fotografiados, es uno de los factores que le aporta originalidad a la imagen, se sostiene en la habilidad del artista para llegar a ellos, sin montaje previo o posturas pensadas, para que sean admirados como parte de lo que la vida habitual absorbe. El valor artístico en este caso, surge de la espontaneidad que aflora cuando la cámara logra atraparlos con pulcritud, dando la sensación de que no se pueden tocar, estén repletos de sucesos o tenga la simplicidad que brota de esa habitualidad.
Refiriéndose a sus conceptos sobre la fotografía Vladimir señala: “…concibo la fotografía como algo que realmente capta toda mi atención, me atrapa y me impacienta el hecho de concretar una historia mediante una imagen, que al paso del tiempo y la constancia, le añado un mayor contenido estético, visual y narrativo, producto de mi incesante búsqueda de todo conocimiento humano, cada persona que conozco me enseña cosas que llevo a la fotografía, el proceso intelectual que proyecte mi instinto fotográfico…para mí una fotografía debe de tener equilibrio y secretos, puesto que siempre son únicas e irrepetibles…Aprender fotografía y todo proceso artístico que desarrolle mi sensibilidad. Desnudar la vida, vestirla con la mirada, en blanco y negro. No lo sé realmente, es solo cuestión de gusto lo más importante creo es el contenido…”
Horarios:
Viernes 26 de junio: 18h - 21h
Sábado 27 de junio: 11h - 20h / Visitas guiadas 12:30h y 18:30h
Domingo 28 de junio: 11h - 15h